» Hoy te robé cuando te miraba»

Pude haberte amado, o ignorado, pude haber sentido cualquiera de los sentimientos intermedios, que se aprietan y se confunden como turba enloquecida, de un extremo al otro del amor al odio, pero sólo te miré, y sentí que te robé. 

Hoy te robé, te robé desde la distancia sin que pudieras saber que lo hacía, te miré desde el más ideal de los anonimatos, y secuestré un instante del aliento de tu vida, y de tus pensamientos.

Ni siquiera tú te mirabas, en ese instante, vivías un lapsus de tiempo desechado, de los miles que hay a lo largo del perseverante, inspira y expira, tan necesario, tan ninguneado. Uno de esos tiempos que se olvidan, porque ni somos conscientes de que existen, pero al mirarte, casi por impulso, te robé, lo hice mío. Vi escaramuzas en las pequeñas y bonitas arrugas de tu frente, como tormentas vistas desde el espacio, que me indicaron un cielo inestable, y tú sin paraguas, pero que importaba, si ya eran mías.

Existían porque yo las vi, cuando te ignorabas, ni eras consciente de tu ser. En ese instante, en ese fragmento de segundo, fui quién les dio vida, aunque es verdad, te la robé porque al mirarlas las hice mías. Te observé cuando nadie lo hacía, cuando tú a veinte metros de mí, ni siquiera reparaste en que yo existía. Fui como un dios, que desde la distancia contempla la vida, y tú, durante un segundo, tú fuiste mi creación.

Luego, pensé que quizá yo también fui mirado, mientras te miraba, porque al observarte me alejé de mí, y aquel que me miró fue a su vez mirado, y la cadena de miradas puede que diera la vuelta al mundo, al cielo, al cosmos, o más allá. Miradas furtivas, una infinita onda de miradas y mirados, formando la creación, o qué se yo.

Entonces volví a mirarte, y de nuevo te vi preciosa como el universo, limitado a existir por una mirada y a la vez del todo ilimitado, y sentí que eras la vida, el milagro de la vida, que magnífica belleza. Y pensé en que todos somos dioses y a la vez creaciones, y existimos en ese binomio infinito, de percibir y ser percibido, sin saber siquiera que lo somos.

Hoy fue un placer, mirarte y robarte, sólo por la eternidad que le regalaste a mi anonimato cuando te miré y por hacerme sentir parte de la divinidad, de la vida, de tu tormenta, de la imparable espiral de la vida y de las miradas encadenadas de forma infinita.


Mik Way. T ©

Foto Texto: Nick Bondarev

Foto Cabecera : James Weeler

Existimos porque nos observan, dicen algunos, como teoría, que solo existe el objeto cuando es observado… pongamos que así fuera… qué decís

7 respuestas a “» Hoy te robé cuando te miraba»

    1. Así es, mirar a tu alrededor y ver le da sentido al mundo y at u mundo, si que me fue a spam el comentario, pero no entiendo porqué, como no tengo nada marcado como spam, lo acabo de ver, sorrry…gracias por tu comentario, bella reflexión 😘😘😀😀🌹✨✨

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    1. Gracias amiga, quién sabe si somos, lo que somos, y existimos solo porque nos observan, quién sabe quién nos observó un instante y nos amó, y por solo ese momento fuimos y somos , ajaja lo siento me pierdo en esta paradoja ¡¡ Un abrazo y gracias por comentar. 😘😘😀😀

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