Carta del loco

Oda a la inmortalidad

«La lectura infatigable de tu piel, me llevó a paisajes desconocidos y exóticos, territorio ardiente que deseaba recorrer. Allí y solo allí, puse a navegar caricias íntimas, que se abrían paso en sueños.

Todo empezó cuando vi tus rizos mecerse, una brisa que envidié los envolvía y en ese instante, quise saber, cómo sería estar más cerca de ti, que tu propio perfume. Pude sentir la textura de tus labios, como si los hubieran mojado los míos, y en ese instante que me pareció real, sin darme cuenta ya había perdido todo rastro de cordura. Explorar en sueños tiene un riesgo, hechiza la totalidad de los sentidos y el alma lo percibe todo como real. Así que, llevado por esas sensaciones, no pude dejar de devorar tus labios, porque mientras lo hacían, mi pecho latía fuego sobre la desnudez de los tuyos, que se erguían entre mis dedos, mientras un jadeo que entrecortaba la respiración se apoderaba del mundo a nuestro alrededor.

Tu cuerpo se estremecía, el mío agonizaba, el aire moría de placer, tus ojos conquistaban mi voluntad, mi cuerpo se adentraba en ti, tus labios se abrían, acogían, embestidas y tormentas de rígido fuego, la tierra, el cielo, me llamaban loco, pero entregaba sin pensar, todo mi ser, a tu alma de diosa, a tus líneas de venus, al gemido incesante y mojado, al incandescente deseo que nos consumía, todo empezó así, por un simple sueño, que dibujo en mi mente, y escribo, a veces con palabras puras, otras con lo que llaman, indecentes, pero que sabrán los que se atreven a juzgar, de lo decente, lo decente era sentirte alcanzar el clímax, mientras mi labios lo recogen en mi boca, así es como lo juzgaban mis sentidos y como eso llenó, mi cielo, mi tierra, mi universo, pues me sentenciaron. Estaba loco.

Encerrado entre cuatro paredes, todo cuanto creo, es que estoy aquí aislado, y aunque preferiría estar navegando, abriendo rutas de placer sobre tu piel, estoy aquí soñando que tus labios me comprenden y me buscan en la noche, que seguir viviendo entre la turba, que no entiende mi sueño.

…Desconozco si esta carta, podrá ser acariciada por tu ojos, si lo hace, prendo fuego a mi deseo imaginando que tus labios la susurran al leerla, y tus manos te acarician como si fueran mías, hasta empapar de nuevo tus labios y seamos dos, los locos refugiados en un sueño»

El loco.

Mik Way. T ©

carta recogida de un sueño, para entregar a un sueño, espero que anime a soñar.

11 respuestas a “Carta del loco

  1. Insomnio

    Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.
    Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo,
    y tú, inocente, duermes bajo el cielo.
    Tú por tu sueño, y por el mar las naves.

    En cárceles de espacio, aéreas llaves
    te me encierran, recluyen, roban. Hielo,
    cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo
    que alce hasta ti las alas de mis aves.

    Saber que duermes tú, cierta, segura
    —cauce fiel de abandono, línea pura—,
    tan cerca de mis brazos maniatados.

    Qué pavorosa esclavitud de isleño,
    yo, insomne, loco, en los acantilados,
    las naves por el mar, tú por tu sueño.

    Gerardo Diego

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