El móvil la delató, las torres de vigilancia se iluminaron, las sirenas degollaron el silencio nocturno. Llegar al alambre de espino fue milagroso. Las advertencias se repetían. Más allá de las crueles espinas de metal olía a libertad, estaba dispuesta a pagar el precio. Inició una carrera desesperada, escuchó el amartillado de las armas. Superó la valla, las balas restallaron, orgía de sonido y plomo, logró alcanzar el centro del vallado circular, por fin… llegó a la rosa. Su primer, único, y último acto de libertad, fue inhalar el aroma de la última rosa, del maldito planeta de cemento.
Mik Way. T ©
https://lidiacastronavas.wordpress.com/2021/03/01/escribir-jugando-marzo-3/
cuentos del calamar lunar 
Maldito planeta de cemento… Muy bueno
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Si, un planeta que acabará siendo, si depende de la taradez humana. Gracias por pasarte y leer ¡¡
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Muy bueno, en pocas líneas toda una historia de opresión y libertad. Te quedó perfecto para el reto. Saludos Mik.
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Hola Ana, muchas gracias me alegra que te haya gustado, saludos¡¡ un abrazote¡¡
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Me ha gustado mucho este
Mini relato. Concentra un contenido muy potente que por desgracia lo vivimos día sí y otro también…
Felicidades¡¡¡👍👏🕊🌹🕊
Un abrazo
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Muchas gracias Susana, intento dar a entender el precio en libertad que tiene nuestro modo de vida llevándolo hasta un extremo que considero no está tan lejos del como podemos acabar. Un Abrazote¡¡¡
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Wow, angustioso relato de una huída para un acto de libertad distópico, como es oler el aroma de una flor. Esperamos que este escenario jamás se dé 😬 Es muy buen micro, Mik. Nos llevas corriendo al lado de tu protagonista hasta el dramático final sin que seamos siquiera conscientes de ello. Muy buen trabajo. Gracias por tu aporte. Te mando un abrazo grande!!
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Gracias Lídia, me alegra que te haya gustado, también espero que nunca se dé un mundo así, y que poco a poco nos alejemos del modelo, que invariablemente nos lleva por ese camino. Una Abraçada¡¡¡
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